Quizás el concepto ingeniero de sistemas le resulte poco familiar, pero tiene un peso determinante en la conceptualización de soluciones automatizadas para laboratorios de microbiología. ¿Se imagina el lanzamiento de un satélite sin que haya existido un responsable de garantizar que todos los sistemas trabajen conjuntamente? ¿La inauguración de un nuevo ferrocarril sin que se haya confirmado la funcionalidad completa del sistema? O en nuestro caso, ¿la puesta en marcha de un sistema automatizado de procesado de muestras de laboratorio que incluye varios instrumentos, diferentes tipos de consumibles y usuarios, conexiones con sistemas de información… sin una orientación exhaustiva desde la fase de concepción a que todas las partes del conjunto interactúen de forma harmónica como una sola?
Su respuesta probablemente haya sido que no.
La lista de fiascos es tan larga como costosos y frustrantes sus resultados, desde el satélite que no llegó nunca a orbita porque dos equipos de ingenieros a diferentes lados el Atlántico trabajaban con diferentes sistemas de unidades, al tren de alta velocidad que, ya próximo a su inauguración, descubren entre las vías que llegan a un túnel y las del propio túnel un escalón insalvable de más de medio metro que retrasa años el proyecto.
Como bien explica Bernardo A. Delicado en su artículo “La necesidad de introducir la ingeniería de sistemas en los programas de educación en ingeniería” este rol está convirtiéndose en uno de los roles más importantes en la ingeniería de nuestros días, motivado principalmente por la aparición de nuevas tecnologías y de una creciente exigencia por parte de los clientes para el desarrollo de sistemas cada vez más complejos e interconectados.
Los ingenieros de sistemas son los chefs de la ingeniería
Este rol, en relación a las soluciones automatizadas para laboratorios de microbiología, tiene un peso determinante. Podríamos separar sus principales responsabilidades en dos grandes bloques, en base al momento de aportación:
- Conceptualización de sistemas
- Identificación de valor añadido
Juntamente con los equipos de marketing y desarrollo de negocio, la primera gran aportación de este rol es ayudar en la conceptualización de nuevos instrumentos que generen valor para los usuarios y clientes. Este proceso no es sencillo, dado que requiere de la combinación de numerosos elementos que, tras una valoración conjunta, finalicen en una propuesta.
¿Por qué es tan importante el ingeniero de sistemas en la conceptualización de soluciones automatizadas para laboratorios?
El ingeniero de sistemas debe conocer las tendencias y regulación del mercado, debe ser conocedor de los diversos perfiles de usuario que utilizarán el nuevo instrumento y, por último, deben saber identificar las múltiples tecnologías disponibles.
Es en esa unión de 3 elementos donde el ingeniero de sistemas debe idear soluciones creativas, innovadoras y holísticas orientadas al cliente.
Son muchos los parámetros a considerar:
- Orientación a la mejora del diagnóstico del paciente.
- Solución holística integrable en los distintos flujos de trabajo.
- Conectividad múltiple, facilidad de uso.
- Rentabilidad.
- Desarrollo o integración de módulos preexistentes.
- Ciclo de vida del producto, …
Coordinación e integración de sistemas
Ya en una fase posterior, el ingeniero de sistemas juega un papel imprescindible en la coordinación técnica y la integración de los sistemas.
Deben coordinar la integración del conocimiento de los distintos campos en el desarrollo del sistema definido (electrónico, mecánico, software, …), garantizar la calidad de dicha integración incrementando de este modo las posibilidades de éxito del nuevo instrumento y consolidar que el sistema previamente conceptualizado, ofrece el valor añadido esperado por los usuarios finales.
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